ASTURIAS - CUARTO DÍA (Bufones de Pria, Llanes y vuelta a casa)

DOMINGO 31-3-2013

Ultimo día en tierras asturianas, que pronto se acaba lo bueno!

Amaneció con un sol radiante, y nos dirigimos hacia el famoso mercado de Cangas de Onís. Nos gustó muchísimo, es fascinante ver la cantidad de personas que hay vendiendo productos típicos de la tierra, desde legumbres, quesos, especias, hasta pan, dulces, embutido… Podías probar todos los tipos de queso sin problema, la gente muy amable te ayudaba según tu gusto. Me pareció muy curioso la cantidad de judías que hay, verdes amarillas, negras…. Y también que hay amas de casa que hacen pasteles, o comidas típicas de allí y van al mercado a venderlo.

Cargados tras las compras de productos típicos y souvenirs varios, fuimos en busca de los bufones de Pría

El litoral de Llanes se caracteriza por la presencia de rocas carbonatadas que, debido al proceso kárstico de erosión y disolución por el agua del mar, forman cavidades y grutas subterráneas sobre los acantilados que se llenan de aire. En ocasiones, estas cavidades comunican con la superficie formando auténticas chimeneas verticales, por donde ese aire es expulsado a presión produciendo un espectacular chorro de agua a modo de geiser (llamado “bufón”), acompañado de un particular sonido que se escucha como un bramido.

Los bufones de Pría se sitúan próximos a la localidad de Llames a 23km al oeste de Llanes y a 9km al este de Ribadesella. Desde Cangas de Onís hemos de dirigirnos hacia Llanes, desviarnos en la A-8 por la salida “Nueva Pría”. Pasamos por debajo de la carretera a través de un puente, seguimos las indicaciones de “Garaña” y llegamos a la Playa de Guadamía.

Es recomendable ir por la tarde, con la marea alta, pero al no saberlo, no pudimos ver nada. Aun así nos fuimos a Llanes, pasamos por la oficina de turismo, cogí un mapita, aparcamos en las zonas habilitadas ya que había muchísima gente y era imposible.

Estuvimos en la playa El Sablón y subimos a un miradero que hay precioso desde el que se ve toda la localidad.

Después recorrimos la zona del casco antiguo, nos tomamos una sidrina y buscamos un sitio para comer.

Poco más pudimos hacer ya que teníamos un largo camino para volver a casa.

Sin duda ha sido un viaje con un encanto especial y que me gustaría repetir!  Acepto cualquier sugerencia o recomendación así que no dudéis en dejar vuestro comentario.